domingo, 6 de julio de 2014

Capitulo 4 "La llamada"

-¿Quién habla?- Respondí exaltada.
-¿En serio no reconoces mi voz? ¿Tan pronto me has olvidado?

Comencé a darme cuenta de que me teoría era confirmada. Era la persona que me pareció escuchar al principio de la llamada. Mi corazón latía a mil, no cabía en mi pecho. Mi cuerpo comenzó a temblar como si el clima estuviera muy frío, pero no era así, era el nerviosismo que me causaba escuchar esa voz de nuevo, después de un año...

-Vaya, nunca esperé volver a recibir una llamada tuya, no ahora...
-¿Por qué?
-Porque no creí que me recordaras. Sé que eres feliz con otra persona y que en todo te va bien, no creí que en algún momento pensaras en mí.
-Por supuesto que he pensado en ti, muchos días, todos los días, todo el tiempo. Eres de esas personas que son difíciles de olvidar, de esas personas por las que vale la pena perder toda una noche de sueño, sólo para ponerte a recordar todos los momentos en los que fuimos felices...
-No puedo creer que me estés diciendo todo esto después de tanto tiempo. ¿Sabes cuántas noches esperé a recibir una sola llamada para escucharte? ¿Para escuchar todo esto? Y ahora que los dos estamos tomando otro camino, estamos comenzando a vivir el uno sin el otro, vienes y te pones a decirme todo esto... ¿De qué se trata? ¿Qué quieres de mí?
-No te molestes. No quiero destruir tu mundo, cambiarlo, moverlo, ni mucho menos. Sin embargo no te puedo negar que escucharte ahora y sentirme como hace mucho no me sentía, sentir ese nerviosismo que desde que te conocí no había tenido, es realmente extraño... ¿Sabes? Yo antes de ti tuve otras relaciones, más largas y más formales, y en ninguna me había pasado lo mismo que me pasa contigo. Después de tanto tiempo y sentir que el corazón se sale de mi cuerpo... eso no es normal.

Me quedé en silencio. Liam parecía ser honesto, pero no podía seguir su juego. Era mitómano por naturaleza; mentir, convencer, jugar con los sentimientos era su profesión, su especialidad.

-Dime que tú no sientes lo mismo que yo, atrévete a negarlo...- Interrumpió mi silencio.
-No estamos en condiciones de que te responda. Ni yo de decirlo, ni tú de escucharlo.- Respondí de forma seria.
-¿Por qué no?
-Te repito, tú ya tienes otra relación y yo...
-Tú...¿Qué?-interrumpió.-¿También tienes ya otra relación?
-Eso es algo que no tengo por qué responderte.
-Pero, ¿Por qué no? María, te conozco, sé perfectamente que estás muerta de los nervios, sé que no tienes ninguna relación, sé que esperabas esta llamada tanto como yo; incluso sé que el día de ayer recordaste que, hace un año, terminó nuestra relación. Todo es cierto, ¿O no? te conozco, más que nadie, quizás mejor que tú misma. No te atrevas a negarme que me extrañas igual que yo te extraño a ti, que deseas abrazarme en este momento, tanto como yo a ti, que si estuviéramos frente a frente justo en este instante, correrías a mis brazos, y nos besaríamos tan intensamente como nunca...

Lloré, lloré mucho. No podía pronunciar una sola palabra. Es increíble como alguien que está tan dentro de t
tu alma, de tu corazón, a pesar del pasar del tiempo, no se va. Puedes no hablar con esa persona, no estar cerca, no verla, no llamarle, pero simplemente no se va, siempre se queda contigo. Pienso que hay personas en cuyo destino está pasar por tu vida e irse, solamente dejando aprendizaje; pero pienso que hay otras, muy pocas, que llegan para quedarse, no precisamente a tu lado físicamente, pero dejan su esencia en tu alma y esa no se borra.

-Liam, ¿Por qué no dejamos esto así y seguimos como estábamos? Seguimos con nuestras vidas, y dejamos de atormentarnos, tú dijiste que no querías mover mi mundo... bien, pues ya lo has hecho. - respondí sollozando.
-No quiero mover tu mundo porque no es justo, ni para ti, ni para nadie. Solamente quería escucharte, saber que estás bien, saber que aún me recuerdas. Sólo eso. Después de esta llamada todo seguirá igual, como bien dices, pero al menos sabré que mi esperanza de que algún día estemos juntos otra vez, puede ser posible, si tú aún no me olvidas.
-¿Crees que eso se pueda? ¿Crees que algún día tú y yo podamos volver a estar juntos?
-Tengo fe en ello. No sabes cuánto lo deseo.
-¿Y por qué no ahora? ¿Por qué no quieres dejar a tu novia para que tú y yo podamos intentarlo de nuevo? ¿Y todo el amor que me juras? Ahí no aplica, ¿verdad?
-Algún día lo entenderás todo. Por ahora sólo te puedo decir que yo te sigo amando, como el primer día o aún más. Esto no se apaga, al contrario; cada día de esta vida está creciendo más y más. Y, aunque no lo comprendas, sólo me gustaría pedirte una cosa.
-¿Qué cosa?
-No te alejes de mí.
-Tú te fuiste, tú me dejaste. Yo no me alejé, tu me alejaste de ti...¿Como puedes pedirme esto?
-Este tiempo que hemos estado lejos me he dado cuenta de que no puedo estar sin ti. Por favor, no te alejes de mí.
-Supongo que no está tan mal que hablemos uno que otro día... -Respondí más tranquila.
-Por favor.
-Está bien.
-Cuídate. Te amo.
-Te amo.

Dejé el teléfono sobre mi cama y me tiré a llorar sobre ella. ¿Como era posible? ¡Una vez más! Una vez más había permitido que moviese mi mundo, mi corazón, mi alma... ¡¿Qué clase de monstruo era?! Después de esta llamada era más que claro que el seguía en mí, que lo seguía amando, como a nadie nunca, eso era más que evidente.
Como si se tratara de una película en mi cabeza, comenzaron a rodar escenas de mis recuerdos con él, y comencé a revivirlas, cada vez que recordaba un abrazo suyo lo sentía, cada beso, cada sonrisa, cada lágrima... todo él me hacía falta, y nunca tuve el valor para confesárselo pero, ¿Para qué? Finalmente él ya lo sabía, estaba de más.
No supe cuando fue que me dormí. Lloré tan intensamente que no paré hasta que el sueño me venció. Finalmente muchas veces sólo el sueño es capaz de sanar el dolor, al menos por el momento.

Llegó el día lunes. Asistí a la universidad como de costumbre y me senté en una banca del salón, después llegó Lilah y se sentó junto a mí y comenzó a conversar conmigo como siempre. Yo por supuesto estaba muy seria con ella y a penas le respondía, pero ella parecía no darse cuenta y siguió como siempre.

-¿Qué tal te la pasaste el jueves? ¿Verdad que Iker está guapísimo? ¿Qué pasó mientras estaban en la estación de policía solos?
-Nada, no pasó nada. Si, está muy guapo, pero es muy arrogante. La verdad no me cayó bien.
-Ay, pero ¿Por qué? Bueno, es serio, quizás, es un poco raro... a veces pienso que es gay.
-¿Por qué?- Pregunté extrañada.
-Pues siempre lo veo con diferentes chicas...-Hizo una pausa- Pero bueno, tal vez no se han tratado lo suficiente, espero que podamos ir a otra fiesta próximamente y los pueda acercar más.
-No, muchas gracias. Además, yo no le gusté, eso fue obvio. Tal vez la que le gustó fue Alexia se ve que ellos se llevaron muy bien.
-Pues yo le pregunté y me dijo que no le gustó, pero después le pregunté a Alexia que había pasado y me dijo que habían quedado de ponerse de acuerdo para salir otra vez... no lo sé, es raro.
-¿Ves? Ella tiene más posibilidades que yo, mejor ayúdale a ella, a mi déjame así como estoy.
-Es que a mí me gustaría que ustedes fueran novios y así poder salir los cuatro y que todo quedara en familia... ¡Qué bonito sería! ¿No?
-Si, claro...- Respondí sarcásticamente.

Dejamos ese tema atrás y continuamos con nuestro día cotidiano. Me propuse no cambiar radicalmente la amistad que tenía con ella, pero si ir alejándome poco a poco y encontrar amistades que me pudiesen brindar más sinceridad; en donde pudiese ser más feliz.

Llegué a casa por la noche y me dispuse a trabajar sobre mis tareas, abrí mi correo electrónico y en la bandeja de entrada tenía un e-mail de una dirección totalmente desconocida. Me dió curiosidad porque no tenía asunto, y había sido de la madrugada anterior, así que me dispuse a abrirlo y encontré una sorpresa que me dejó anonadada.

"María:

Después de colgar, me puse a revisar todas las fotos que tengo guardadas en mi computadora. Encontré muchas tuyas y mías, donde eramos felices. Pensarás que soy de roca y que esas fotos nunca me importaron, pero no es así, si a penas llegué a abrirlas es que antes no podía hacerlo porque me recriminaba a mi mismo el haber sido tan tonto para haberte dejado ir. Nunca creí en aquello de "No sabes lo que tienes hasta que lo ves perdido" Hasta el día de hoy que te siento más distante y fría que nunca. Aún recuerdo aquellas tardes en las que salíamos a caminar tomados de la mano. O aquella cena romántica que tuvimos en aquel restaurante a la orilla de la playa, a la luz de las velas. Recordé que a ti te encantaba ponerte a cantar cuando quedábamos en silencio, hacer dibujos en las servilletas... recordé aquella tarde, que tu bien recordarás también, en la que la vida nos cambió a los dos.
Pero eso ahora no importa, ya nada importa, porque no estás conmigo, y si bien, sólo fue mía la decisión, quiero que sepas que me he arrepentido cada día después de ello y que si algo puedo hacer para que me perdones, lo haré, lo haré todo por ti.
                                                                                                                       
                                                                                                                                       Liam.

No podía creer que fuese ÉL quien me escribiese que lo perdonara, pensé que había tenido suficiente con torturarme con la llamada del día anterior, pero no, no fue suficiente. Me quedé pensando un momento sobre la intención de ese escrito cuando, en la ventana, se escucharon pequeños golpecitos, como los de una piedra pequeña.

-¿Escuchaste eso?- Pregunté a Carly, mi compañera de cuarto.
-Si... fue como una piedra. ¡Yo no me asomo!

Pensé que era algún maleante queriendo molestar, así que me asomé a la ventana con todo cuidado y curiosidad, y me asombré al ver quién era la persona que estaba abajo. Bajé corriendo, pero detuve el paso cuando iba llegando a la puerta del edificio. Salí despacio y llegué a donde estaba él. Me detuve unos metros antes y hablé en voz alta.

-¿Qué haces aquí Liam?


Continuará...













1 comentario: