lunes, 7 de julio de 2014

Capitulo 5 "Promesa de una noche"

-Vine a verte, eso es claro, necesito hablar contigo.
-¿Hablar de qué? Todo lo que tenías que decirme lo dijiste ayer... mejor vete porque tu novia puede enojarse.
-No estamos hablando de ella, no la metamos en esto.
-Por supuesto que si tenemos que meterla, porque ella es la gran causa por la que nosotros no estamos juntos, así de sencillo. Así que no vengas a buscarme mientras todo siga siendo así, vete por favor. -Dije mientras me daba la vuelta para irme.
-Vine a pedirte que me des otra oportunidad...
-¿La dejarás?- Pregunté sorprendida.
-No puedo...
-Entonces no hay ninguna otra oportunidad, adiós.-interrumpí.
-¡Espera! Quiero que me des una oportunidad para saber si esto tiene futuro, si valdrá la pena romperle el corazón a alguien para estar con quien realmente yo amo... tú...
-Y además de todo, quieres ponerme a "prueba" ¡qué patético eres!
-¿Me amas?
-Sabes que si, y precisamente por ello es que te aprovechas y quieres jugar con dos personas. Cuando estábamos juntos no te importó romperme el corazón a mí para irte tras ella...
-Fui un verdadero tonto... pero mira, sólo necesito tiempo, poco tiempo para poder dejarla y continuar con mi vida, junto a ti. ¿Me esperarás?
-No sé... ha sido tanto tiempo que me he acostumbrado a tu ausencia. He llorando tantas lágrimas por ti que al menos esperaría que valiera la pena...- sonreí sarcásticamente- Es difícil prometerte algo así, porque no sé si podré hacerlo.
-Dame una oportunidad, ¿Si? te prometo que ésta vez todo será diferente.

Dicen que el amor lo vale todo. Que el amor todo espera, todo lo puede. Pero a veces llego a dudarlo. No que el amor lo pueda todo, sino que lo que sentía por él fuese real. A veces creía que todo aquello no era más que una obsesión, una costumbre; una costumbre al sufrimiento, al estar con alguien que realmente no me merecía. Pero tenía que intentarlo, tenía que saber si realmente era capaz de aceptar tal humillación para saber si realmente era amor.

-Está bien, acepto. Pero no nos veremos hasta el día en el que tú hayas terminado tu relación. Mientras tanto sólo hablaremos por chat y mensajes de celular, ¿Está bien?
-Te prometo que valdrá la pena, lo prometo.-Dijo mientras me abrazaba.
-Ahora vete porque es muy tarde y necesito dormir.
-Si, ya me voy, pero antes necesito darte algo...

En ese momento se acercó a mí de forma inesperada y me dio un beso en la boca. Sentí un escalofrío que hacía mucho no sentía y se fue, diciéndome "te amo" mientras se alejaba.
Entré a mi recámara y ahí fue donde desaté todo lo que sentía en ese momento. Mi corazón latía fuerte y mis piernas temblaban terriblemente. Carly se dio cuenta de ello y le conté todo lo sucedido.

-Pero... ¿Qué? ¿Aceptaste ser su amante?-Preguntó indignada.
-No, nunca. Lo único que acepté es darle la oportunidad de acercarse a mí, demostrarme que podemos volver a estar juntos, y a darle tiempo para que termine con su novia.
-Estás mal. Deberías de terminar con eso ahora mismo. Eso no te llevará a nada bueno y tú lo sabes.
-Déjame intentarlo, si no lo hago me quedaré con la duda toda la vida de qué hubiera pasado si aceptaba. Prefiero fracasar en el intento, nada pierdo.
-Bueno, después no quiero que interrumpas mi sueño porque ya te hizo llorar.
-No, no será así. -Sonreí mientras me acomodaba en la cama.

Por alguna razón dormí contenta. El momento que siempre había deseado que llegara, llegó. Alguna vez tuve un sueño en el que el llegaba, me buscaba y me pedía que volviera con él. Ésto era parecido, se acercaba a ese sueño con el que yo había sido tan feliz, pero no era lo mismo. Aún así, era mejor intentarlo, fracasar en el intento y no quedarme con la duda.

Pasaron los días y todos y cada uno de ellos recibía mensajes de Liam. Platicábamos como buenos amigos hasta que a alguno de los dos le salía un "te amo". Yo me sentía incómoda al decirlo por la relación que él tenía, así que trataba de evitar decirlo, pero a veces el corazón es más fuerte que la razón y los sentimientos me vencían. De alguna manera me sentía contenta, pero no totalmente satisfecha, nunca se puede estar satisfecho cuando sólo tienes algo a medias, o al menos yo no podía sentirlo así.

A las pocas semanas llegué al colegio como de costumbre, me senté en mi lugar y al poco tiempo llegó Lilah, quien ya tenía otra amiga a la que llevaba para todos lados y todo el tiempo estaban juntas, debido a que yo me había alejado de ella. Pero ese día sorprendentemente, llegó como siempre a invitarme a un evento que habría en la universidad.

-¡María! Tienes que acompañarme este viernes a una fiesta de disfraces. Lo interesante de todo va a ser que, ¡tenemos que disfrazarnos totalmente! ¡Vernos irreconocibles! Es una de las reglas: No decir nuestro nombre. Así podemos hablar, bailar, besar a quien queramos sin que nos reconozca.
-¿Y qué chiste tendría si nosotras tampoco los reconocemos?
-Pues que pierden. Hay quienes no saben disfrazarse y son fáciles de reconocer. ¿Andale si? ¿Vamos?

Lilah tenía un serio poder de convencimiento. Pero por primera vez  en mucho tiempo tenía ganas de ir a una fiesta,  así que accedí. Si, era tonto acceder a una invitación suya, sobre todo después de lo que había pasado la última vez, pero al menos en esta tenía la tranquilidad de que no iría su novio ni Iker porque era un evento en donde sólo podíamos asistir los alumnos de la universidad, así que al menos esta vez no quedaría abandonada por ella.

Llegó el día de la fiesta. Llegué a casa de Lilah a arreglarme, como casi siempre. Ella estaba acompañada por su nueva amiga, Leah, quien hasta ese momento me caía muy bien y por Alexia, quien ya no me caía mal después de la última vez que me ayudó.

-¿Qué? ¿Así irás? Te vez muy reconocible. No, no, no... yo te transformaré. -Aseguró Lilah.

Y si, me transformó en algo espantoso. Me puso un vestido tétrico, me maquilló totalmente, me puso un antifaz y una peluca de color rosa. Pero bueno, al menos nadie me reconocería. Llegamos al lugar de la fiesta y comenzamos a buscar una mesa pero el lugar estaba lleno. No podíamos buscar a algún amigo para sentarnos con él por que... ¡No reconocíamos a nadie! Al menos la música era muy buena, y el ambiente de la fiesta estaba excelente, estaba muy animada, quizá, porque presentía que algo vendría para mí.
Al fin encontramos una mesa y comenzamos a bailar. De pronto tocó una canción que me recordó a Liam, y me senté.

-¿Qué pasa? Te acordaste de Liam, ¿Verdad?
-Si... sabes que esa canción me pone muy sensible- Respondí cabizbaja.
-No te preocupes, yo tengo la solución.-Dijo sonriendo malvadamente- Alexia, ¿Quieres acompañarme un momento al baño?
-Claro, vamos... -Dijo Alexia sin entender lo que sucedía.
-¿Qué pasa? ¿A donde fueron? Preguntó
-No tengo idea...

Me quedé intrigada con esa acción de Lilah. Quizás el poco alcohol que habíamos bebido esa noche si le había afectado y ahora sería capaz de todo. Alexia y ella tardaron mucho en volver y Leah y yo ya queríamos irnos, ya estábamos aburridas, tanto que ella comenzó a beber sin parar y cuando regresaron las otras chicas, ella ya estaba semi-inconsciente.

-¡Vaya! ¡Al fin llegan! Yo ya no sé qué hacer con Leah, creo que tendremos que llevarla a su casa.
-¡No! Tú no te mueves de aquí. Esperen, voy a llevarla al baño a echarle agua fria  y a que tome  un café, no tardamos.
-Lilah, ¿Qué estás planeando conmigo? Pregunté molesta.
-Tú confía en mí. -Dijo mientras se llevaba casi cargando a Leah.
-Yo no sé nada... -Dijo Alexia anticipadamente.

De pronto llegó un chico y me invitó a bailar con él, pero Leah interrumpió y le dió su mano para que yo no fuese con él. Me quedé sola sentada, esperando a ver qué era el plan que Lilah tenía conmigo, pero pasó un largo rato sin que alguien apareciera. Llegó ella y se sorprendió de verme ahí sola.

-¿Y Alexia?
-Se fue a bailar con un chico.
-Tengo que salir un momento- Dijo mientras revisaba su ceular- Por favor, llegue quien llegue, hables con quien hables, me tienes que prometer que fingirás la voz. ¿Lo harás? ¿Lo prometes?
-¿Eso para qué Lilah?-Pregunté intrigada.
-¡Nadie tiene que reconocerte! Por favor, promételo.
-Está bien, lo prometo.-Respondí resignada.

Ella salió y me dejó a cargo de Leah quien cada vez se ponía peor. Pasaron unos minutos y ella estaba delirando y a punto de caerse, y yo ya no podía sola con ella. Así que me dispuse a ir a buscar a Lilah urgentemente para que fuésemos a dejarla a su casa. La llevaba casi arrastrando y a parte llevaba cargando las cosas de ambas, cuando de pronto vi que Lilah entró con alguien, quien también estaba totalmente disfrazado, irreconocible.

-¡Oh! Déjame ayudarte... yo la llevo al baño y la cuido, ¿Está bien? Ustedes vayan y diviértanse mientras yo llego...- Dijo sonriendo sospechosamente.-Recuerden su promesa...
-¿Quién eres? Pregunté al chico, modificando mi voz.
-Quisiera saber lo mismo de ti, pero creo que esto será más interesante con el misterio... mejor disfrútemoslo...

Continuará...







No hay comentarios:

Publicar un comentario